Si lo pensamos fríamente, nuestros cerebros han evolucionado para
sobrevivir en la sabana, no para investigar el universo o para plantearnos
dilemas filosóficos. Eso hace que realmente nos cueste muchísimo pensar o en
conceptos como infinito y distinguirlos de números realmente grandes. Aunque
quizás esa sea la razón por la que reflexionar sobre estas cuestiones nos
produce este inexplicable y mágico cosquilleo intelectual.
Con este problema en mente, a finales de los años 30, el
matemático Edward Kasner decidió inventar un número realmente enorme
. Su
intención era dar nombre a un número muy, muy grande y para compararlo con un
infinito, que haría a este gran número infinitamente pequeño en comparación.
Para ello eligió un 1 con cien ceros detrás. El número se podría haber llamado
“diez duogintiliones” o algo por el estilo, pero Kasner acertadamente prefirió
saltarse las reglas y le pidió a su sobrino de nueve años que se inventara un
nombre para este concepto. El niño, llamado Milton, pensó que “googol” pegaba y
desde entonces esta es la forma más común de referirse a:
10,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000,000.
O 10100 para los amigos.
Si a alguien le llama la atención la similitud con el nombre del
omnipotente buscador “Google” no es por casualidad. Los fundadores de la
compañía querían llamarla googol. Pero como no tenían Google a mano para buscar
cómo se deletreaba correctamente pues tuvieron que lanzarse a la piscina y lo
escribieron mal.
Ahora pongámonos a pensar… ¿Cómo de grande es un googol? Pues una
buena idea puede ser compararlo con cantidades físicas para hacernos una idea
aproximada. (Desde este momento voy a reproducir las ideas aparecidas en este
video del magnífico canal de Youtube Sixty Symbol, con Antonio Padilla y
Ria Symonds de la Universidad de Nottingham). Veamos. Si imaginamos una
habitación mediana y la llenamos de granos de arena ¿Cuántos granos de arena
podría haber? Una estimación rondaría unos 50 billones (5x1013).
Trece ceros, bastante lejos de cien todavía. Pero eso es una caca. Vamos a
pensar en algo realmente grande. Vamos a pensar en cuantas partículas hay en el
universo ¡Eso sí que es un número enorme! Una estimación aproximada sería
1080. ¡80 ceros¡ Mucho más grande, ¡Pero no llega a ser un googol!
OK. Pero el universo está casi vacío y las partículas se acumulan
principalmente en galaxias y sistemas solares ¿Qué pasaría si lo llenáramos
todo de granos de arena? Reflexionemos un momento. Estamos elevando números a
potencias cada vez más grandes. 222, no es solo un pelín más grande
que 22. Y elevar algo al poder de 81 nos da un número mucho más ¿grande?
que si lo elevamos a 80. Ahí vamos. El universo conocido lleno de granos de
arena tendría unos 1090 granos. 90 ceros. Parece que nunca
llegaremos al googol. No desesperemos todavía. Si imaginamos un cubo cuyo lado
es la distancia más pequeña que las leyes de la física permiten, la constante
de Plank, y llenamos el universo conocido de estos cubitos nos encontramos con
el tremebundamente absurdo número 10183¡Conseguimos vencer al
googol!
Pero no sé si os habéis dado cuenta de que por el camino, nos hemos
dejado prácticamente todas las comparaciones imaginables con números que tengan
una relación con el mundo real en la cuneta. Lo sensato sería parar y dejar de
pensar en números mayores. Pero se os ha ocurrido que una vez que tenemos un
googol, podemos elevar cualquier otro número a la potencia de un googol para
crear un número que se salga de la escala de la escala. Para no complicarnos
vamos a elevar 10 al poder de un googol.
10100000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
Este amiguito se llama un “googolplexo” y aunque dista mucho de ser
infinito, para nosotros pobres mortales viene a ser lo mismo, porque nos falta
la capacidad de concebir cualquiera de los dos realmente. Cuando uno se dedica
a pensar números inimaginables surgen ideas inimaginables que le hacen a uno
las neuronas puré de patata. Resulta que si pudiéramos imaginarnos un universo
que tuviera un googolplexo de metros de diámetro se agotarían todas las
posibles combinaciones de estados cuánticos para definir un volumen. Esto
quiere decir que las combinaciones probablemente empezarían a repetirse ¿Y esto
que significa? Pues que si viajaras a lo largo de este universo necesariamente
te encontrarías con copias de ti mismo en distintas partes de este universo
¿Extraño no? La cuestión es que no por ser capaces de describir un número
comprendemos las implicaciones de este. Diez elevado a diez elevado a cien, se
dice en un momento, pero las implicaciones filosóficas de la existencia de tal número
nos podrían tener aquí hasta el fin de los tiempos.
Este post esta basado y documentado en el siguiente vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=8GEebx72-qs&list=UUoxcjq-8xIDTYp3uz647V5A
Este post esta basado y documentado en el siguiente vídeo:
https://www.youtube.com/watch?v=8GEebx72-qs&list=UUoxcjq-8xIDTYp3uz647V5A
Imagén:
http://www.livescience.com/31981-googol.html
http://www.livescience.com/31981-googol.html
No hay comentarios :
Publicar un comentario