En cada momento histórico, las élites científicas y filosóficas de cada generación se topan con sus propios retos, pero el destino reparte la gloria del descubrimiento de forma desigual. Por ejemplo, el primer tercio del silgo XX presenció la aparición de la teoría de la relatividad y de la física cuántica de forma casi simultánea, desbancando de su trono a Newton después de siglos. Por el contrario, el inicio del siglo XXI se encuentra con la herencia de un estancamiento en física teórica que dura desde los años 1970, por más que se haya confirmado el bosón de Higgs (postulado de forma teórica en 1964).
Donal Hoffman contra la realidad (material)
En cada momento histórico, las élites científicas y filosóficas de cada generación se topan con sus propios retos, pero el destino reparte la gloria del descubrimiento de forma desigual. Por ejemplo, el primer tercio del silgo XX presenció la aparición de la teoría de la relatividad y de la física cuántica de forma casi simultánea, desbancando de su trono a Newton después de siglos. Por el contrario, el inicio del siglo XXI se encuentra con la herencia de un estancamiento en física teórica que dura desde los años 1970, por más que se haya confirmado el bosón de Higgs (postulado de forma teórica en 1964).
Jesse Singal vs. Investigación sicológica muy “guay” para ser cierta
¿A alguien le ha llegado a saturar
alguna vez el goteo continúo de noticias
sobre fenómenos psicológicos increíbles y tremendamente curiosos
que parecen en principio difíciles de creer? tener una bandera
delante mueve a la gente a ser más de derechas, sostener
un vaso de agua agua tibia en la mano te hace una persona más
cálida, niños
que hacen un test después de mostrarles una foto de Einstein sacar
mejores resultados … No
sufras, no estás loco. Bienvenido a la crisis de replicación.
¿Cómo sabemos de qué están hechas las estrellas?
En 1982 el filósofo francés Auguste Comte intentó establecer
una lista con las áreas del conocimiento que estarán para siempre fuera del
alcance del hombre. Una de esas era la composición de las estrellas “podemos
ver como determinar sus formas, sus distancias, su tamaño, pero nunca podremos
saber nada de su composición química o estructura mineralógica”. Pocos años
después se demostró que Comte estaba muy lejos de haber acertado, al menos en
este punto.
¿Cómo se mide la distancia a las estrellas?
En los documentales de la tele, a menudo se nos habla de las
enormes distancias que nos separan de otras estrellas y galaxias. Decenas,
millares, millones de años luz… ¿Pero cómo hemos sido capaces de medir esas
enormes distancias? La respuesta, es una combinación de métodos tremendamente
ingeniosos que conllevan un detallado y cuidadoso trabajo para su realización.
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Historia del futuro de la Tierra
La Tierra tiene unos 5000 millones de años. Cuando pasen,
otros 5000, habrá sido destruida o estará cerca de estarlo, nosotros seremos
muy probablemente una especie hace tiempo olvidada, si es que el universo
recuerda, pero antes habremos pasado por un cambio climático seguido de muchos
otros, glaciaciones, cambio de forma de los continentes… Aquí va una idea de
cómo podría ser este futuro de nuestro planeta.
Planeta 9: El hombre que mató a Plutón nos trae un sustituto
En el 2006, Mike Brawn se convirtió para muchos en una
especie de supervillano de la astronomía cuando pasó ser conocido como “El
hombre que mató a Plutón”. De pequeños todos estudiamos que el sistema solar
tenía 9 planetas. El más lejano de ellos, Plutón era más pequeños que el resto,
una bola de hielo a la que no alcanzaba el calor del Sol. Y cuando uno se
aprende algo tan importante de niño, le coge cariño a la idea.
El descubrimiento de las ondas gravitacionales en LIGO
Recientemente un importante descubrimiento en el área de la
física se ha estado paseando por las noticias. Se trata de una de las últimas
predicciones realizadas por Einstein en su Teoría de la Relatividad que aún
quedaba sin probar: las ondas gravitacionales.
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Disculpa por los retrasos
Deseaba dejar una nota para aquella gente que este siguiendo
el post con más asiduidad. Solo quería comentar que los retrasos cada vez
mayores no se deben a que me haya aburrido del blog, ni de que me desanime a la
hora de escribir. Simplemente me ha surgido un trabajo para hacer traducciones
después de mi trabajo principal, y estas me entretienen mucho por lo que se
juntan las semanas durante las que no puedo escribir, produciendo estos
retrasos.
Pero seguiré con Ciencia con Prudencia escribiendo con la
mayor frecuencia que pueda. ¡¡Gracias por leerme y disfrutad de este último
post sobre el origen de la Tierra!!
Biografía de la Tierra
Vivimos sobre la corteza reseca de una enorme bola
incandescente compuesta de una variedad de materiales fundidos. Esta enorme
pelota gigante gira sobre otra mucho mayor, suspendida en el espacio y
recorriendo su órbita a velocidades que quitan el hipo. La idea en si es
increíblemente extraña e anti-intuitiva, sin embargo, como es una de las cosas que estudiamos de
pequeños en el colegio, acabamos por ver tal increíble maravilla como algo
corriente y del día a día. Pero si le damos vueltas y nos centramos en lo que
realmente está sucediendo es algo mágico y absurdamente cautivador.
Hombres, chimpancés, gorilas, sus testículos y comportamiento sexual
Pocas
digresiones pueden parecer más absurdas que entretenerse discutiendo el tamaño
de los testículos de un hombre, más aún de los de un chimpancé. En principio
parecería un tema para adolescentes obsesionados con el sexo, raperos deseosos
de fardar de paquete y fascistas estableciendo una relación directa entre
testículos y valor viril.
Pero al
incluir otras especies de primate en la comparación el asunto puede llegar a
ganar mucho interés. Creo que esto no ha llegado a los oídos de la mayoría del
gran público, pero los testículos de
los distintos grandes primates difieren
muchísimo en talla. Los ejemplos que más resaltan son los de humanos, gorilas y
chimpancés. Y ya os estaréis preguntando ¿En dónde demonios está el interés de
saber si un chimpancé los tiene más o menos grandes que nosotros (o vosotros)?
Para aquellos poco curiosos ninguno está claro, pero para los que les gustan
las maravillas de la biología se establecen relaciones muy interesantes.
Los hombres
también se estarán preguntando ¿Y quién los tiene más grandes? ¿Nosotros? ¿O
puede que el gorila que es enorme? Pues la respuesta es que gana el chimpancé por goleada, con más de 100 gramos de testículos. Después vamos
nosotros con unos 30g y algo por
detrás estaría el gorila. De hecho, el que el gorila sea un animal enorme está
directamente relacionado con tener sus partes pudenda más pequeñas.
En distintas
especies, machos y hembras desarrollan distintas
estrategias evolutivas y estas a largo plazo influyen en el físico de cada
animal. Las estrategias femeninas y
masculinas son necesariamente
distintas, porque la inversión en energía y tiempo a la hora de cuidar de
las crías también lo es. Esto más relevante aún en el caso de los mamíferos.
Las hembras de mamífero mantienen a sus crías en su propio vientre durante los
primeros meses de gestación. Esto implica que primero, las hembras de mamífero
siempre están seguras de ser la madres de sus hijos y segundo, que la inversión
de energía vital que va a llevarles el embarazo es enorme. Por lo tanto, lo
mejor es asegurarse de solo copular con los mejores machos y no invertir en un
descendiente que no vaya a sobrevivir para dejar nietos. Esta característica
hace que a nivel de los mamíferos las estrategias reproductivas femeninas sean
más homogéneas y predecibles.
Sin embargo,
los machos de mamífero solo tienen que
depositar suficientes espermatozoides de vez en cuando para dejar prole en
este mundo. Esto conlleva que las estrategias usadas sean más variadas, desde
formar pareja estable con una hembra y cuidar a las crías juntas, pasando por
relaciones esporádicas dentro de un grupo a machos luchando por mantener
enormes harenes. En el caso de los primates superiores, nuestros parientes más
próximos encontramos varias de estas modalidades.
Empecemos
con el gorila macho que mantiene un harem con varias hembras. Los ejemplares más fuertes son los únicos que
tienen acceso a mantener sexo con hembras (con la excepción de encuentros
secretos furtivos). Si otro macho quiere procrear, es necesario enfrentarse al
macho alfa para derrotarlo, y para eso lo más útil es ser lo más grande y
fuerte posible. Los machos de mayor tamaño, con mayor capacidad para luchar,
son lo que más procrean. Esto termina llevando a una carrera armamentística que
acaba haciendo que los machos sean enormes en relación a las hembras (como
también sucede con otros animales como ciervos o leones marinos), el doble
aproximadamente en el caso del gorila.
Pero
curiosamente, la misma estrategia reproductiva es la que hace que el gorila
tenga unos genitales diminutos en
relación a su enorme peso. La razón es que, debido a que el gorila controla
todas las hembras de su harem, no necesita introducir una gran cantidad de
semen en el útero de las hembras. Si a algunos se os hace raro (además de
asqueroso probablemente) que se pueda contemplar que un animal pueda
necesitar más o menos semen dependiendo de los comportamiento de su especie,
vamos a pasar a hablar del chimpancé para que lo podáis entender.
La
estrategia reproductiva del chimpancé es el opuesto exacto de la del gorila. Los chimpancés no luchan para mantener
harenes de hembras. Simplemente viven
en grupo, y cuando llega el celo, los machos tienen sexo con todas las hembras con las que dan abasto. Esto
conlleva dos cosas. Los chimpancés no necesitan gastar su energía en mantener
cuerpos enormes para luchar por el acceso exclusivo a un grupo de hembras. De
hecho, el peso de chimpancés macho y
hembra es casi el mismo. Sin embargo, con tanta promiscuidad, en el caso de los chimpancés, los espermatozoides de dos, tres o más
individuos pueden estar compitiendo por llegar al óvulo dentro del cuerpo
de la hembra ¿Qué hacer para aumentar tus posibilidades de éxito? La evolución
es sabia, y en caso de los chimpancés les ha dotado de testículos enormes para que puedan competir tirando de números: más espermatozoides, más posibilidades.
Y que es lo
que pasa con los humanos. Teniendo
en cuenta que ya hemos comentado que el tamaño de nuestros testículos se encuentra entre una cosa y otra, y que el
tamaño de los hombres es mayor que el de las mujeres, pero sin llegar a la
enormidad de los gorilas, podemos pensar que nuestra estrategia evolutiva se
encuentra entre una y otra. Hoy en día resulta difícil de apreciar, pero todos
sabemos que en el pasado la poligamia no era nada demasiado raro. Aunque no
estaba extendida hasta el punto de que no hubiera relaciones monógamas. Los
hombres son los suficientemente grandes para luchar por dos o tres hembras en
algunos casos (Los harenes de decenas de esposas de los grandes sultanes, no se
encuentran en sociedades de cazadores-recolectores). Pero queda espacio para la
monogamia, y más importante, quedan huecos para la infidelidad y las relaciones
extramaritales lo que explica el tamaño de los testículos.
Esta teoría sobre el tamaño relativo de los
testículos de los distintos primates es un enorme éxito a la hora de explicar la relación entre evolución, comportamiento
y anatomía. Desgraciadamente con la otra mitad de los genitales masculinos
ocurre todo lo contrario. Los hombres
tenemos un pene inexplicablemente enorme en relación al resto de primates y
simios en general. La selección natural tiende a penalizar a aquellos
individuos que invierten demasiados recursos en un órgano específico sin una
función concreta. Por ello, muchos científicos se han planteado que se deba a
la selección sexual, es decir, un pene grande atrae a las hembras, del mismo
modo que los hace la cola de un pavo real. Lo curiosos es que se han hecho
estudios al respecto, y las mujeres parecen sentirse atraídas por distintas
partes del cuerpo de un hombre, pero nunca por el pene. Más curioso aún es que
son otros hombres los que si se fijan, y mucho, en el tamaño del pene
ajeno. Así que este enigma os lo dejo a vosotros para que lo resolváis.
Este post está inspirado y documentado en los
libros:
-
“El tercer Chimpancé: Origen y futuro del animal
humano”, de Jarred Diamond
-
“Nature via Nurture: Genes, Experience and what Makes us Humans”
de Matt Ridley
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