La Tierra tiene unos 5000 millones de años. Cuando pasen,
otros 5000, habrá sido destruida o estará cerca de estarlo, nosotros seremos
muy probablemente una especie hace tiempo olvidada, si es que el universo
recuerda, pero antes habremos pasado por un cambio climático seguido de muchos
otros, glaciaciones, cambio de forma de los continentes… Aquí va una idea de
cómo podría ser este futuro de nuestro planeta.
Hace unas semanas escribí un artículo sobre la historia del
planeta Tierra, inspirado en un libro de Robert M. Hazen, y comenté que iba a
dividirlo en dos partes, la segunda dedicada al futuro del planeta, centrándome
en el mismo libro. Pero justo en estas fechas aparecieron dos descubrimientos
astronómicos extremadamente importantes, el de las ondas gravitatorias y el
planeta 9, decidí posponer esta secuela, a la que ahora si me voy a dedicar.
Como vimos en el post anterior, la Tierra tiene como
unos 5.000 millones de años, y
curiosamente vivimos prácticamente en el ecuador de su existencia, porque en
otros 5.000 años este chulo planeta azul va a ser aniquilado por el Sol con
casi Total seguridad, a no ser que algo lo sacase de su órbita y acabase dando
vueltas por el espacio como una oscura bola de hielo ambulante.
Pero eso es el final, así que vamos a hacer un flashback. De
momento, lo que más nos preocupa a todos nosotros es el presente, los próximos
años, pero para darle al tema un poco de interés geológico vamos a decir que
nos interesan los próximos 100 años más o menos. En este aspecto no podemos
quejarnos, porque nuestra intervención en el plantea va a convertir un tiempo
que estaba probablemente destinado a ser una aburrida era interglaciar en una
nueva era geológica. La broma puede
causar el colapso de nuestra civilización, pero a nivel geológico se vuelve
todo mucho más interesante (miremos el lado positivo).
Si un día los geólogos del futuro estudiaran lo sustratos
del suelo que representasen nuestro siglo, encontrarían unas concentraciones
mucho mayores de gases invernaderos como el CO2, y cantidades
ingentes de extraños materiales sintéticos como plástico, hormigón o asfalto.
También encontrarían rastros de un cambio climático acelerado en sucesos como
la extinción masiva de especies que se está produciendo en este mismo instante.
Si encontraran algún libro de geología legible de la época, puede que descubrieran
que finalmente los humanos acordaron en llamar a este periodo el Antropoceno,
dado que es el propio hombre el que motivó todos estos cambios profundos.
A nivel planetario, estos cambios producidos sobre todo por
la emisión de ingentes cantidades de CO2 y en menor medida metano a
la atmósfera, se notarán sobre todo en una gran reducción de los polos y una
subida del nivel de los océanos. Las costas se redibujaran y zonas bajas como
partes de las Filipinas, Holanda… podrían desaparecer bajo las aguas. En lo que
se refiere a las temperaturas, el calentamiento global no quiere decir que nos
vayamos a asar de calor o que el planeta se vaya a convertir en una playa
tropical. Las temperaturas medias van a subir, pero el cambio se notará sobre
todo en el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, debido a que la
atmósfera retendrá mayores cantidades de energía y en otros como sequías
prolongadas.
Por otro lado, algunos de los cambios pueden resultar
sorprendentes. El norte y oeste de Europa podrían acabar siendo zonas más fías
que en la actualidad. Este se debe a que la corriente del golfo, una especie de
gran río oceánico que circula entre el Golfo de Méjico e Islandia, protege
amplias zonas de Europa de las masas de aire del círculo polar. Los cambios de
salinidad en los océanos debidos al deshielo, podrían acabar con la circulación
de la cinta transportadora, la gran corriente oceánica que incluye la corriente
del golfo, devolviendo a la Europa occidental a una temperatura más fría y más
acorde con su latitud.
Por lo tanto, nosotros como humanos, no vamos a sufrir el calor especialmente ya
que podemos soportar un rango de temperaturas bastante amplio. El problema es
si nuestros cultivos aguantarán como nosotros. Nuestra dieta a nivel mundial
está basada en un número reducido de cereales, sobre todo trigo, arroz y maíz.
Estos no crecen en invernaderos, sino al aire libre y una reducción drástica en
la productividad de estos cultivos o de las áreas donde estos crecen, puede
implicar desastres alimentarios de una magnitud a tener en cuenta. Más aún
cuando la población mundial sigue creciendo. Y para los que se alimenten
básicamente de carne, no os relajéis, los animales domésticos se alimentan
básicamente de los mismos cultivos más otra pequeña cantidad de variedades. En
lo que al pescado se refiere, la sobrepesca amenaza con acabar con la mayor
parte de nuestras especies favoritas mucho antes de que lo peor del cambio
climático haya llegado, así que tampoco es un consuelo.
Esta tendencia al calentamiento puede durar algunos siglos,
pero como vimos en el post sobre la historia de la Tierra, desde hace millones
de años, esta se encuentra inmersa en un ciclo de rebotes entre épocas
glaciales y cálidas. Uno de los fenómenos que causan estos cambios son las
variaciones en la inclinación del eje de la tierra. Además de los movimientos
de translación y rotación, la Tierra está afectada por ciclos de precesión de
su eje, es decir que el eje no está exactamente centrado, sino que da vueltas
como el eje de una peonza. Estos afectan la cantidad de radiación que la Tierra
recibe, y tienen una gran influencia en el ciclo de las edades glaciales. Así
que por mucho que se caliente la Tierra en los próximos siglos, parece que está
destinada a volver a un era glacial a lo largo de los próximos 50.000 años.
Acelerando en nuestro viaje al futuro, dentro de un millón
de años, la Tierra se mantendrá bastante reconocible aún, pero los continentes
se habrían desplazado una media de unos 40km. No todos en la misma dirección
claro. En estos momentos, es el Atlántico el océano que está creciendo. En su
fondo, las placas europea y africana de un lado, y las americanas del otro, se
van separando, mientras corteza basáltica fresca se va formando en el fondo.
Por su parte el gran océano Pacífico se va achicando. Los geólogos pronostican
que esta deriva de los continentes continuará, hasta que un nuevo megacontinente,
ya bautizado como Novapangea, se cree de la unión de todos los continentes.
Más allá de Novapangea, seguir prediciendo el futuro se va
haciendo más y más difícil. Es probable que la vida en la tierra se mantenga
durante miles de millones de años, ya que hasta el momento ha demostrado ser un
fenómeno cósmico duro de pelar. Pero es muy difícil saber la forma que va a
presentar en u futuro y si seremos capaces de formar parte de ella. La vida ha
sobrevivido a varios cataclismos que acabaron en su momento con porcentajes de
especies de hasta el 90%. Después nuevas especies ocuparon los nichos dejadas
por las anteriores como los mamíferos hicieron con los dinosaurios.
La posibilidad de vivir uno de estos cataclismos provocados
por enormes asteroides, por megavolcanes o por mareas de basalto proveniente
del manto es ínfima en un momento dado. Pero con el paso de miles y millones de
años estos fenómenos se hacen inevitables. Llegará el momento en que uno de
estos desastres haga oscurecer el sol por meses o años acabando con la mayor
parte de las especies, entre las que los animales grandes como nosotros, suelen
estar entre los más vulnerables. Es difícil imaginarse las formas de vida que
nos sucederán, pero como ha ocurrido en épocas anteriores estas muy
probablemente tomarán la forma de predadores y presas, de animales terrestres,
arbóreos, voladores, acuáticos, anfibios, subterráneos, etc.
Mientras haya vida la composición de la atmósfera se
mantendrá más o menos constante. Otro fenómeno a tener en cuenta es que las
masas de granito que forman los continentes, y que flotan sobre las placas de
basalto, tienden a acumularse y no hundirse al ser más ligeras, por lo que la
masa continental tenderá a crecer. En lo que se refiere al sol, este se hará
cada vez más brillante, mientras que los días en la Tierra se irán alargando
ligeramente. Aunque el sol ira calentando nuestro planeta más y más, hay
mecanismos que podrían mantener al planeta en su oscilación entre frío y calor.
El calor aumenta la erosión que a su vez libera CO2, y la
evaporación produce más nubes aumentando
el conocido efecto albedo, es decir, que al ser de un color más claro, la
Tierra reflejaría más radiación y así absorbería menos calor. Esto la llevaría
a una nueva época glacial que a su vez, pararía estos mecanismos de glaciación,
produciendo las condiciones para un nuevo calentamiento.
Independientemente de lo que suceda en estos años, como ya
habíamos indicado al principio, la historia de la Tierra está totalmente ligada
a la del Sol. Llegará un momento en que nuestro gran astro nodriza acabará con
su combustible de hidrógeno, que es lo que alimenta su motor de fusión nuclear.
Algunas estrellas pequeñas, llegada esta fase, simplemente van desvaneciéndose
perdiendo su brillo poco a poco, convirtiéndose en enanas rojas. Pero el sol
tiene masa suficiente para morir en toda su gloria, una agonía más lenta y espectacular.
Acabado el hidrógeno, el Sol volverá a colapsarse bajo su masa gravitatoria y
empezará a fusionar helio, para producir carbono. Esta reacción mucho más
energética hará que el sol crezca en diámetro engullendo Mercurio y después
Venus, hasta llegar a vaporizar la Tierra en su atmosfera. Otra posibilidad es
que el Sol liberara hasta un tercio de su masa antes de colapsar, en una
terrorífica tormenta solar que también arrasaría la Tierra, que debido a la
pérdida de masa del Sol, podría acabar en una órbita más lejana, evitando ser
vaporizada en la superficie solar.
Llegado este momento, y si la tierra no es destruida
completamente, es difícil pensar que
alguna forma de vida pudiera sobrevivir, como mucho algún tipo de microbio hiper-resistente
que pudiera mantenerse unos millones de años más entre las rocas de la corteza.
Este post está
inspirado y documentado en el libro:
The Story of Earth: The first 4.5 billion
years, from Star Dust to Living Planet de Robert M. Hazen
Imagen:
http://www.forbes.com/forbes/welcome/
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