¿Realmente existe el Viagra femenino?





Creo que la mayoría ya hemos oído hablar del conocido como “Viagra femenino” Pero… ¿Qué es realmente esta pastillita? ¿Va esta medicina a poner a hombres y mujeres al mismo nivel en lo que se refiere fármacos dirigidos a la disfunción sexual? Si el Viagra trata problemas de erección ¿Qué es lo que trata el Flibanserin, comercializado como Addyi?

En los últimos meses se han establecido muchas comparaciones entre estos dos productos. Pero ¿Hasta qué punto Flibanserin puede ser considerada el Viagra femenino? Antes de nada lo mejor es analizar la finalidad de estos dos medicamentos. 

Inicialmente el sindenafilo o Viagra, no era un medicamento destinado a ayudar a pacientes con disfunciones eréctiles. La substancia estaba siendo investigada para ser usada para pacientes con problemas hipertensión. El producto no estaba resultando ser un éxito, así que los investigadores pidieron a los participantes del estudio que devolvieran las píldoras que les quedaban. Muchos de los pacientes eran muy reacios a devolverlas sin dejar claro porque. Hoy sabemos que no querían devolverlas por que obraba milagros con sus penes. En las conclusiones del estudio se destacaba que el medicamente tenía un efecto muy ligero a nivel de hipertensión pulmonar, su fin original, pero que producía unas erecciones tremendas. Por ello, Pfizer decidió comercializar esta píldora como tratamiento para la disfunción eréctil. La pastillita pronto se convirtió en un mito y en uno de los medicamentos más famosos de la historia. 

El uso y posología del Viagra son sencillos. La pastilla se toma unas horas antes de que su efecto sea requerido, empieza a funcionar a partir de la hora, y su mayor rendimiento es está entre las 2 y 4 horas. La función del Viagra es ayudar a hombres que tienen deseo sexual a alcanzar una erección. La droga no altera para nada su libido, y de hecho es necesario estar previamente excitado para que la substancia funcione, ya que por sí misma no produce erección si no hay deseo. 

En lo que se refiere al Flibanserin que va a ser comercializado como Addyi, la coincidencia se queda en la anécdota de haber sido descubierta por casualidad como en el caso del Viagra. Lo que se estaba desarrollando realmente era un medicamento para tratar la depresión que resulto aumentar ligeramente la libido de las participantes. Pero su función es totalmente distinta. El Flibanserin no busca ayudar a aquellas que ya tienen un deseo sexual a poder ponerlo en práctica. Lo que hace es aumentar el deseo sexual de aquellas que no lo tienen. Este simple detalle hacer ver que más allá de la estrategia comercial, la comparación con el exitoso Viagra es completamente inadecuada.
Aun así, si el medicamente fuera igual de efectivo, podría establecerse una comparación a este nivel aunque los dos medicamentos funcionen de formas totalmente distintas. Lo malo es que en este aspecto las diferencias son aún mayores. Como hemos explicado el uso del Viagra es sencillo, una se toma una pastilla y tiene una erección. Las posibilidades de tener una erección entre alguien que no toma Viagra con alguien que si lo hace suben de un 30% a casi un 90%. Con Addyi sin embargo, una mujer necesita tomar esta pastilla cada noche. Los estudios se hicieron usando ciclos de 28 días, con los participantes que tomaban la píldora mostrando algo más de deseo sexual, pero con un aumento real de encuentros sexuales de uno más por cada ciclo de 28 días. La mejora no parece milagrosa, pero lo peor es que para conseguir tener sexo una vez más al mes, el paciente se arriesga a un cuadro de distintos efectos secundarios como mareos, desmayos y somnolencia. Además, el Flibanserin interactúa fuertemente con otras medicinas y substancias como el alcohol, lo que hace que deba ser usada con muchas precauciones. 

Mirando el detalle, este nuevo medicamente parece no merecer la comparación con el milagro químico que ha resultado ser el Viagra. Teniendo en cuenta que el Viagra lo que hace es facilitar las relaciones sexuales para aquellos que ya tienen sexo, el equivalente femenino podría ser algo tan sencillo como un bote de lubricante, o a lo más algún relajante muscular. Por otro lado hay quienes piensan que ya era hora de sacar al mercado un medicamente para ayudar la disfunción sexual femenina, del mismo modo que lo hombres ya tienen sus pastillitas. Pero hasta en este punto hay controversia. Hay quienes lógicamente piensan que si una mujer no tiene ganas de sexo ¿Dónde está el problema? Yo imagino que puede haber a quien le gustaría tener sexo, pero no consigue excitarse para tenerlo y en este punto, este tipo de medicación podría ayudar. Lamentablemente Addyi quizás no este aún a la altura ya que presenta una gran cantidad de efectos secundarios para un beneficio muy, muy moderado. 

Hay quienes incluso piensan que todo el revuelo mediático ha afectado la evaluación de esta droga por parte de la FDA (Food and Drug Administration) en los EEUU. En 2010 fue rechazada y en 2013, se rechazó de nuevo indicando que hacía falta algún tipo de estudio que mostrase que los beneficios compensaba los importantes riesgos y efectos secundarios. La droga no ha mejorado mucho desde entonces y sin embargo va a salir al mercado.  

Imagino que el debate sobre el derecho de la mujer a que se invierta dinero para investigar medicamentos que puedan mejorar la disfunción sexual femenina seguirá abierto, con muchas y muchos pensando que no querer tener sexo, no parece ser ningún tipo de disfunción. Pero independientemente del lado del que nos posicionemos, parece que la píldora que compita con el Viagra en el ámbito femenino está aún por llegar. 


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