“El pelo crece más fuerte cuando te afeitas” y otra docena de mitos demolidos






Solo usamos el 10% del cerebro, el pelo crece más fuerte y rápido cuando te afeitas y junto con las uñas sigue creciendo después de la muerte, comer por la noche engorda… Lo que estas ideas tienen en común es que la mayoría creemos que son ciertas aunque se ha demostrado que no lo son.



En el último post ya hice algunos comentarios acerca de las leyendas urbanas que circulan sobre la comida. El caso de la salud es otra fuente inagotable de todo tipo de mitos e ideas falsas. Algunas son teorías que en su momento se considerar correctas pero que después se ha demostrado que no funcionan. Otras ideas tradicionales basadas en el sentido común pero sin demasiada base científica. Y por supuesto otras son completamente absurdas y no tuvieron sentido desde un principio ni lo tendrán nunca. 

Aprovechando que el último libro que he leído es precisamente un listado desmintiendo decenas de estos mitos, voy a aprovechar para enumerar algunas de las demoliciones de leyendas urbanas más interesantes en mi opinión. El libro en cuestión es “Don´t Swallow Your Gum” de Aaron Carrol y Rachel Vreeman. Este está dirigido al público estadounidense y la verdad algunos de sus mitos ni los había oído, como el de que si te tragas un chicle se queda siete años en el estómago siete años o que la leche de mama humana puede curar infecciones de oído.
Sin embargo otros son internacionales y nos suenan a todos. Aquí va el listado de los que me han parecido más curiosos: 

Los hombres con manos y pies grandes tienen grandes penes

Hay quien dice que se puede saber el tamaño del pene erecto de un hombre porque este es igual al largo de su pie o a la distancia entre codo y muñeca. Gente más realista se conforma con abogar que si alguien tiene los apéndices de su cuerpo más grandes en proporción, esto necesariamente también le sucederá al pene. Curiosamente hay investigaciones al respecto (aunque no se han publicado en medios muy serios). Un estudio canadiense parecía apoyar de forma poco conclusa esta idea, pero dos urólogos apellidados Shah y Christopher se dedicaron a hacer estudios con grupos mucho mayores hasta llegar al “Definitive Size Pennis Survey” para no encontrar ningún tipo de correlación entre pies, manos y penes.

Solo usamos el 10% del cerebro y si usásemos el 100% seriamos casi semidioses

Esta idea ha estado rondando el mundo por al menos 100 años. Incluso hay quien se la atribuye a Einstein lo que es completamente falso. Desde los inicios cualquier neurólogo avispado estaba en posición de desmentir esta tesis, porque prácticamente cualquier área del cerebro que se dañe resulta en daños cerebrales visibles que afectan las capacidades del paciente. Si solo usáramos un 10%, en nueve de cada diez lesiones cerebrales no sucedería nada. Pero lamentablemente para este mito, hoy no necesitamos ni siquiera hacer elucubraciones. Hay tipos de escáneres como los CT o MRI que nos permiten observar los niveles de actividad del cerebro y resulta que prácticamente en cualquier momento, incluso en reposo, superamos ese 10% por mucho. La verdad es que usamos la mayor parte de nuestro cerebro que es una tecnología muy costosa a nivel evolutivo, demasiado para desperdiciarla usando solo un 10%.

Las uñas y el pelo siguen creciendo después de la muerte

Para hacer crecer las uñas y el pelo el cuerpo humano necesita poner en marcha un montón de procesos complejos que paran cuando uno muere. Lo que si sucede es que al morir, nuestra piel se encoge retirándose hacia atrás lo que puede hacer parecer que las uñas y el pelo crecen, pero es solo una ilusión óptica.

El pelo crece más fuerte cuando te afeitas

Para mi esta ha sido siempre una verdad como un templo, y hasta ahora me he depilado espalda y hombros por el terror a que el pelo me crezca más fuerte. Análisis clínicos tan antiguos como de 1928, comparando el crecimiento de zonas afeitadas con otras que no lo han sido lo demuestran. Y los estudios han sido replicados más adelante. Esto me hace pensar que hay algún mecanismo de difusión de información que no está funcionando del todo bien. De nuevo estamos ante una ilusión óptica. Al afeitar una zona, la punta desgastada, fina y descolorida del pelo es sustituida por una sección cónica de mayor diámetro y más oscura. Esto puede hacer parecer que hay más pelo o que este crece más fuerte, pero ni lo uno ni lo otro.

Leer en la oscuridad daña la vista

Aunque es cierto que leer en la oscuridad puede forzar la vista y tener efectos negativos a largo plazo, no hay demasiadas pruebas de que estos efectos temporales se conviertan en definitivos. Aunque no hay demasiados estudios, un análisis específico con paciente s que sufren el síndrome de Sjogren, una afección que implica sequedad de ojos, demuestra que los efectos adversos pasan poco después de  dejar de forzar la vista en la oscuridad, volviendo a tener una visón intacta. Una prueba que se ha intentado usar para apoyar este argumento en una revista óptica es que cada vez más gente sufre de miopía. En lo que quizás no cayó el autor es en que cada vez tenemos mejor iluminación para utilizar donde y cuando queramos. En realidad si el argumento es cierto tendría que haber habido más gente miope cuando la gente leía con velas. 

No se debe despertar a un sonámbulo 

Muchos temen que despertar a un sonámbulo puede provocarle un shock, un infarto, un daño cerebral o no se sabe que yuyu horrible. Existen muchos estudios sobre sonámbulos que demuestran que la edad más común para ser sonámbulo es entre los 15 y los 24, que la gente que habla en sueños tiene más probabilidades de andar y que aquellos que sufren enfermedades mentales son más tendentes a andar dormidos (no viceversa, ser sonámbulo no quiere decir que sean un sicótico sin saberlo). Despertar a un sonámbulo puede hacerle sentir confuso y desorientado e incluso puede suponer un riesgo para ti, porque en la confusión puede llegar a sacudirte. Pero el riesgo de producirle un shock fatal no es más alto si despiertas a cualquiera de la siesta. Así que si un familiar se dirige dormido directo a la escalera despiértale, que el shock del cabezazo contra el suelo conlleva más peligro.

Es más posible resfriarse cuando hace frío

Todos asociamos los resfriados al invierno y a los enfriamientos. Pero un resfriado no es un síntoma de hipotermia, es un síntoma de una infección viral. Se han hecho análisis cínicos en los que se introduce el virus en las narices de todos los participantes (que ya tiene mala baba la idea). Después se divide a estos participantes en un grupo al que se expone a temperaturas bajas y otro grupo de control que permanece a temperatura normal. Tras el experimento no existen diferencias significativas en la tasa en la que unos y otros enferman. Mucho seguiréis pensando que la relación entre el invierno y el resfriado es clara. Es difícil saber por qué nuestra intuición contradice estos resultados, pero posiblemente se deba a que la mayor tendencia a permanecer en espacios cerrados a corta distancia con otros humanos sea lo que realmente favorece el contagio. 

La mayor parte del calor corporal se pierde a través de la cabeza

Quizás alguno hayas oído este famoso consejo cuando llega el frío de alguien con un gorro de lana. Este meme,  muy extendido, es uno de los casos más graciosos y representativos de la influencia que puede tener un estudio mal hecho en un momento dado. Según esta teoría alrededor del 50% del calor corporal se pierde a través de la cabeza. Si esto es así en invierno sería más aconsejable llevar un gorro e ir en calzoncillos que a cabeza desnuda y con pantalones. El origen de esta información viene de un estudio realizado por el ejercido de los EEUU. En este estudio se introdujo a soldados con trajes de supervivencia en el frío pero sin gorro dentro de un congelador. Al no llevar gorro, lógicamente perdían la mayor parte del calor corporal a través de la cabeza. En versiones del estudio corregidas, la perdida de calor es proporcional al área de piel expuesta. 

Hay que usar factores altos de protección solar

Antes de empezar me gustaría indicar que usar crema es esencial si no quieres comprar papeletas para un cáncer de piel. Lo que sucede es que parece que no estamos muy informados acerca de como la protección solar funciona de verdad. Una crema con un factor tan bajo como 15 bloquea aproximadamente un 94% de la radiación UVB. Un factor 30 un 96% y un factor 40 un 97%. El 50 no está muy claro que sea mucho más efectivo. La diferencia total es de solo 3%. Sin embargo las diferencias en la forma de uso son enormes. Ninguna crema solar es efectiva más allá de dos horas después de la aplicación, y en las pruebas de las que se sacan los factores se usa aproximadamente un vaso entero de crema para cubrir el cuerpo de un adulto, lo que implica gastar como un bote por día. Usando menos el bloqueo no llega al deseado noventa y tanto por ciento ¿Qué significa esto? Que probablemente uno está más seguro llevando un frasco enorme de crema barata para echarse a porrillo cada dos horas, que comprando la crema más cara y rezando para que te proteja todo el día, cosa que no hará. 

La vitamina C, la equinacea y el zinc previenen los resfriados

Todos odiamos los resfriados y nos encantaría prevenirlos. Pero ¿Merece la pena gastarse el dinero en los productos que se prometen tal efecto? El remedio más común parece ser la vitamina C. Todos asociamos o hemos asociado la el zumo de naranja a la prevención contra el catarro. El consejo viene del famoso doctor y premio nobel Linus Pauling. En los 70, analizando datos de distintos estudios observó ciertas correlaciones que le llevaron a extraer esta conclusión. Y debido a su prestigio durante años a nadie se le ocurrió contradecirlo. Pero muchos estudios posteriores han ido diluyendo estas correlaciones (correlación no siempre implica causación) y no parece que la vitamina C prevenga el resfriado, como previene por ejemplo claramente el escorbuto. En lo que se refiere a la equinacea se han hecho muchos estudios y los meta-análisis más importantes analizando todos estos análisis en conjunto tienden a concluir que no es efectiva, aunque con alguna discrepancia, por lo que le queda el beneficio de la duda. Los resultados con el zinc son parecidos con el problema añadido de que sabe fatal, puede provocar náuseas y usado en spray nasal destruye el sentido del olfato, así que ojito.  

Comer por la noche engorda

La lógica de esta teoría es que si comes por la noche no te queda tiempo de quemar las calorías. Se da incluso un estudio en Suecia que apoya esta idea. Lo que sucede es que el estudio comparaba a mujeres que obesas y otras que no lo eran, y las obesas comían mucho más por la noche. Pero es difícil discernir si el problema era la hora o que comían mucho más. Varios estudios posteriores no han podido mostrar correlaciones relevantes en este aspecto. Al final la idea clave es comer las mismas o menos calorías de la que gastamos.
Lo que sí parece funcionar es tomar un buen desayuno, lo que ayuda al individuo a distribuir mejor el resto de las comidas del día.  Una cierta regularidad el horario de las comidas también ayuda en este aspecto. 

Hay que beber al menos dos litros de agua al día

Este consejo parece extraerse de la más correcta idea de que el cuerpo humano necesita aproximadamente 2 litros de agua al día. Pero estos pueden ingerirse en forma de comida, como en frutas y verduras, en la propia agua que añadimos a los guisos y en otras bebidas que tomamos. Una ha de beber si tiene sed, pero no hay porque forzarse. Y por cierto, beber cantidades extravagantemente altas de agua (varios litros en un día)  puede ser mortal y se han dado casos causados por dietas milagro y concursos de beber agua. Al reducir la salinidad de los fluidos corporales se las membranas de los tejidos cerebrales pueden llegar a deshacerse. 

Y por último el gran clásico: Hay que esperar dos horas después de comer para bañarse

¿Quién no ha oído esto de boca de su madre? Todos lo hemos oído, hemos dudado de su veracidad y por alguna razón hemos acabado siguiéndolo e incluso reproduciéndolo. Yo incluso hasta hace no mucho estuve esperando a hacer la digestión para bañarme. Aunque es cierto que después de comer el porcentaje de flujo sanguíneo que va al estómago aumenta, no existen apenas casos registrados de muertes debido a este fenómeno. Los famosos cortes de digestión y calambres no suelen llegar a producirse y si llegan, uno no se queda inmediatamente inmovilizado. Como con cualquier ejercicio, después de comer resulta más incómodo moverse. Lo que todos deberíamos hacer es no aventurarnos en lugares aguas peligrosas considerando nuestras propias capacidades, antes o después de comer.



Aquí dejo la referencia del libro del que extraigo la información. Se me ocurrió mencionar directamente algunos de los estudios de la bibliografía del libro para una mayor credibilidad, pero el listado es bastante grande y no tengo claro que trabajos son más relevantes para Carroll y Vreeman a la hora de extraer sus conclusiones. Así que si alguien quiere ampliar yo os las envío. 

Artículo está basado en el libro: “Don´t Swallow Your Gum” Miths, Half Truths and Outright Lies about Your Body and Health, de Aaron Carrol y Rachel Vreeman.

También os aconsejo el canal de Youtube presentado por Carrol, es genial: Healthcare Triage: https://www.youtube.com/channel/UCabaQPYxxKepWUsEVQMT4Kw

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